lunes, 6 de agosto de 2018

Mi identidad nombrada


Mi nombre es Guadalupe, lo eligió mi vieja no sé muy bien por qué, nunca me gustó mucho, no me copa como suena, es algo en el sonido de como empieza, con una cierta vagancia en su pronunciación, es la gua o la da silabas que no necesitan ni de que abras la boca, no tienen chispa ni entusiasmo y además es larguísimo. En cambio con mi segundo nombre estoy más conforme, Natasha me puso el viejo, por lo que supe estaba fanatizado con una actriz alemana que hacia películas algo subida de tono en los 80, me imagino lo que abran sido, capaz la mina mostro un tobillo y ya era actriz porno.
Nastassja Kinski se llamaba, seguro en el registro no lo dejaron escribirlo así y menos mal, me hubiera tomado la primaria y parte de la secundaria aprender cómo se escribía mi nombre, más de un dolor de cabeza a mis profesores y uno que otro chiste de mis compañeros. Quedo Natasha entonces, y con la Na la boca bien abierta, la ta conquistadora y la sha sugerente mi título designado marco mi mera existencia.